sábado, 28 de noviembre de 2009

ROAD TO RSNA

Los días de espera se han pasado volando.
Estoy rumbo a Chicago, y el Jorge Chavez no es ni por asomo como lo recuerdo. Amarillo sobre negro y comercio flanqueando los pasillos deslumbrantes. Debí cenar antes de pasar a la zona internacional, donde un tamal cuesta 15 dólares.



Es pasada la medianoche cuando estoy a bordo. Por fortuna trajeron algo de comer. Cerca de las dos de la mañana (hora nacional) me quedo dormido y la turbulencia me despierta al llegar a Miami, que a pesar de estar a poco más de dos horas de Chicago, muestra un sol espectacular. El aeropuerto es enorme y las tres horas de trasbordo apenas alcanzan para ubicarme y embarcar mi equipaje. El idioma aún no es un problema, pues la mitad habla español. Un español medio boricua, pero español.
Estoy por abordar. Los dejo por unos momentos, no sin antes recordar la filosofía gringa primordial.



Un abrazo.

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